domingo, 10 de agosto de 2014



REQUIEM POR EL PERIODISTA


Cuando la corrupción y la descomposición que corroe la sociedad en todos los niveles y estamentos, aún no había alcanzado al periodismo, a éste se consideraba un servicio social, cuya finalidad principal era difundir noticias de modo objetivo e imparcial. El periodista cumplía esa su función social, presentando los hechos en forma veraz, imparcial, clara y precisa, permitiendo que cada quien formara su propia opinión. El papel del periodista era presentar la realidad sin dar rienda suelta a su subjetividad y opiniones personales, como ocurre actualmente. El periodista por respeto a los demás o por simple temor a perder credibilidad, evitaba traslucir sus inclinaciones, era discreto con sus preferencias. Hoy, declaran abiertamente sus preferencias personales a nombre de la "libertad de prensa" y de la "libre expresión", abusando de la superioridad objetiva que tienen sobre el resto de la opinión, por el solo hecho de usar un medio de comunicación. Aquel periodista ético, respetuoso, responsable de su misión social que honraba su deber de objetividad e imparcialidad desapareció, y con él, se perdió esa especie de estado de gracia y de respetabilidad pública que rodeaba al buen periodista. Hoy, comunicadores y propagandistas, avenidos de "periodistas", en realidad actuando como turiferarios del poderoso de turno, para cumplir su triste y grosera misión, confunden el deber de objetividad periodística con su apreciación subjetiva de los hechos, además, afirmando sin rubor que la "objetividad no existe". Señor, para ese desaparecido periodista que ofrecía información veraz e imparcial, respetando el derecho de los demás a ser bien informados, va este réquiem, dale el descanso eterno y brille para él, la luz perpetua. Amén. @luchofontalvop