REQUIEM POR EL PERIODISTA
Cuando la corrupción y
la descomposición que corroe la sociedad en todos los niveles y
estamentos, aún no había alcanzado al periodismo, a éste se consideraba un
servicio social, cuya finalidad principal era difundir noticias de modo
objetivo e imparcial. El periodista cumplía esa su función social, presentando
los hechos en forma veraz, imparcial, clara y precisa, permitiendo que cada
quien formara su propia opinión. El papel del periodista era presentar la
realidad sin dar rienda suelta a su subjetividad y opiniones personales, como
ocurre actualmente. El periodista por respeto a los demás o por simple temor a
perder credibilidad, evitaba traslucir sus inclinaciones, era discreto con sus
preferencias. Hoy, declaran abiertamente sus preferencias
personales a nombre de la "libertad de prensa" y de la "libre
expresión", abusando de la superioridad objetiva que tienen sobre el resto
de la opinión, por el solo hecho de usar un medio de
comunicación. Aquel periodista ético, respetuoso, responsable de su misión
social que honraba su deber de objetividad e imparcialidad
desapareció, y con él, se perdió esa especie de estado de gracia y de
respetabilidad pública que rodeaba al buen periodista. Hoy, comunicadores y propagandistas,
avenidos de "periodistas", en realidad actuando como turiferarios del
poderoso de turno, para cumplir su triste y grosera misión, confunden el deber de objetividad periodística con su apreciación subjetiva de los hechos, además, afirmando sin rubor que la "objetividad no
existe". Señor, para ese desaparecido periodista que ofrecía información veraz e
imparcial, respetando el derecho de los demás a ser bien informados, va este réquiem, dale el descanso eterno y brille para él, la luz perpetua. Amén.
@luchofontalvop